En Visualkorner hemos tenido el placer de entrevistar a Blanca Viñas, autora del libro Tratado de fotografía desobediente, para conocer con más detalle todo lo que rodea a la autora y al libro. Además tenemos el enorme placer de producir las copias seriadas hechas en papel Hahnemühle Photo Rag a 70×100 que forman parte de una de las recompensas que se pueden obtener a través de participar en la campaña de micro-mecenazgo para ayudar al proyecto a ser una realidad.
Tratado de fotografía desobediente es un libro de Blanca Viñas, editado en La Bibliogràfica con Román Yñan y Ignasi López. En el se recogen alternativas fotográficas que se alejan de las imposiciones que a menudo han acompañado esta disciplina. Encontrándonos en esta situación con la pandemia actual y teniendo en cuenta las dificultades inmensas del sector cultural, desde La Bibliogràfica se han tirado en la piscina para colaborar con Blanca Viñas para autopublicar este libro mediante una campaña de micro-mecenazgo en la plataforma Verkami.
– ¿Quién es Blanca Viñas?
Blanca Viñas es una fotógrafa rebelde y desobediente. Le gusta acumular errores, es adicta a la manipulación, le interesa la fotografía analógica y experimentar con ella. Es curiosa y le cuesta aceptar las imposiciones. Es autodidacta, entre otras razones quizás porque no ha querido que le digan lo que tiene que hacer.
– ¿Cómo nace ‘Tratado de fotografía desobediente’?
Tratado de fotografía desobediente nace de la necesidad de poner de manifiesto que una practica artística no puede estar llena de tantas normas y exigencias justamente cuando es una forma de expresión y por tanto la única norma debería de ser la ausencia de normas. Es un libro donde se entiende la fotografía como un juego donde el azar hace acto de presencia y donde el error es protagonista.
– ¿Por qué este título?
Un tratado parece que tenga que ser un documento extenso, serio, creíble y bien fundamentado, en el momento que le añades el componente desobediente es un contrasentido. Con lo cuál es un título que desde un principio invita al lector a querer descubrir en su interior. Creo que tiene un componente descriptivo, pero al mismo tiempo enigmático.
– ¿Qué desobediencias destacarías por encima de las otras?
Las más evidentes son el uso de carretes caducados, el hecho de forzar entradas de luz en la película o las exposiciones múltiples. Después hay otras donde la desobediencia no es tan evidente, pero de alguna forma son manipulaciones que siguen incomodando al observador.
– ¿Cómo se estructura el libro?
El libro tiene tres bloques muy definidos, un primer bloque donde se pueden leer frases de apropiación de manuales de fotografía analógica combinadas con imágenes de procesos fotográficos, un segundo bloque donde se puede ver el conjunto de 47 procesos fotográficos desobedientes que van de la foto 1 a la 36 del carrete y un tercer bloque con los créditos.
– ¿Por qué la idea de que no sean todos iguales?
El concepto del juego y del azar está presente durante todos los procesos fotográficos, haciendo el mismo juego con el propio libro acaba dándole un sentido de unidad. Al mismo tiempo sirve para evidenciar que el orden no es una cuestión relevante para entender todo el conjunto.
– ¿Cómo ha sido el procesos de creación de todas las imágenes?
Es un proceso de casi diez años. En un inicio era más ingenuo y muy intuitivo. Pretendía ser un descubrimiento y una diversión. A medida que he ido teniendo un volumen de trabajo más extenso si que he ido llenando vacíos que me quedaban. Es decir he experimentado con procesos que no tenia controlados con tal de recoger un conjunto de 47 procesos diferentes, donde aún y teniendo puntos en común, cada uno de ellos tiene sus características propias. Al final he ido descubriendo lo que lo que me interesaba no era tanto eso que fotografiaba como la manera como lo hacía.
– ¿Cuál ha sido tu equipo de trabajo?
Principalmente he trabajado con la Nikon Fe2 que es una cámara reflex que permite hacer dobles exposiciones, pero también he trabajado con otras cámaras, la mayoría han sido cámaras de plástico de poca calidad que he podido manipular e intervenir. La idea es que no sólo el carrete fuera un factor que aportara variación al resultado sino que la cámara también lo podía ser. Los carretes como ya he dicho la mayoría han sido carretes caducados o de diapositivas reveladas con un proceso cruzado.
– ¿Qué quieres trasmitir con este libro?
La intención es proponer alternativas fotográficas que quizás tradicionalmente no han sido contempladas como posibilidades válidas. Por un lado porqué rompían los principios técnicos de la fotografía y por otro lado porqué no tenían un componente narrativo. También quiero reivindicar que la fotografía también se puede tratar como un proceso de investigación en si mismo. Hablar de fotografía mediante la fotografía me parece una opción totalmente legítima aunque se la haya tratado como un posicionamiento anecdótico.
– ¿Cuánto tiempo hace que te dedicas a la fotografía? ¿Por qué?
Llevo alrededor de diez años fotografiando, considero que aún de forma amateur, por qué si dedicarse a la fotografía quiere decir vivir de ella no es mi caso. Pero aún así sigo fotografiando porque después de diez años aún obtengo resultados que me sorprenden y aún hay incógnitas fotográficas que necesito resolver.
– ¿Qué es para ti la fotografía?
Es un camino dónde a cada paso que haces cambias el destino final, y no pasa nada.